viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Por qué suenan los relámpagos?

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Las noches de tormenta pocos pueden resistirse a observar el espectáculo desde la ventana. Los relámpagos dibujan trayectorias torcidas y arrugadas en el cielo cubierto de nubes. Iluminan nuestros rostros hipnotizados y pocos segundos después lanzan su rugido: los truenos.

Los truenos los provocan los relámpagos. Estos se forman en las nubes de tormenta (cumulonimbos). Los rayos son descargas eléctricas que se producen por la diferencia de potencial entre distintos puntos de la nube.

Esta diferencia de potencial se produce porque el granizo y las gotas de agua contenidos en las nubes de tormenta se frotan entre ellos y se cargan de electricidad electrostática.

Poco a poco la carga eléctrica de las nubes va creciendo de manera irregular. En la parte superior de los cumulonimbos los cristales que se encuentran en suspensión favorecen las formación de cargas positivas mientras que en la base de las nubes, donde la temperatura es mayor y el agua está en estado líquido, se acumulan cargas negativas.




Diferencia de cargas eléctricas

Esta diferencia de cargas entre distintos puntos de la nube hace que la atracción entre ellas sea cada vez mayor (los polos opuestos se atraen) y culmina en descarga eléctrica, o sea, un rayo.

Las descargas se producen dentro de una nube, entre nubes o entre las nubes y el suelo. Estas corrientes eléctricas calientan el aire circundante a unos 20.000 ºC, una temperatura que triplica con creces la de la superficie del Sol.

Esta elevadísima temperatura hace que el aire se expanda a enorme velocidad. Pero al mezclarse con el aire frío del entorno baja bruscamente su temperatura y se contrae. Esta rápida expansión y contracción se traduce en una onda sonora que se desplaza en todas las direcciones.

Cuando el rayo está dentro de nuestro campo de visión el sonido llega varios segundos después del destello luminoso porque la velocidad del sonido en el aire es más lenta que la del flujo del electrones.

Por ejemplo, si un rayo se produce a 10 kilómetros de distancia, la luz del relámpago llegará a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, es decir, lo veremos prácticamente en el instante, exactamente a los 1/30.000 segundos.

Sin embargo el sonido viajará a través del aire a una media de 340 metros por segundo. Por eso tardaremos en escucharlo unos 29 segundos desde que vimos el fogonazo.




Consejos para evitar que nos caiga un rayo

Si una tormenta nos pilla en campo abierto corremos el riesgo de que nos caiga un rayo. Según explica el meteorólogo José Miguel Viñas en su libro 'La ciencia del tiempo' (Ed. Almuzara), el 30% de los impactos de rayos son mortales, incluso si la víctima está a varios metros del lugar de la caída.

Viñas ofrece una serie de consejos para evitar el impacto de uno. Lo primero es liberarse de cualquier objeto metálico que llevemos encima y "guarecerse bajo la protección de un bosque es correcto, aunque hay que elegir árboles bajitos", asegura.

El experto pone énfasis en que "situarse bajo un árbol solitario puede ser fatal, ya que los rayos tendrán una mayor posibilidad de impactar en él".

Y puntualiza que no hay que echar a correr campo a través y menos si tenemos la ropa mojada (el agua es muy buen conductor de la electricidad). "Lo mejor es permanecer en cuclillas, lo más agachado posible".

rtve.es




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