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Llega la primavera astronómica con dos eclipses de luna visibles desde España
La primavera astronómica llegará este miércoles 20 de marzo a las 12.02 horas (hora peninsular) y
durará 92 días y 18 horas, hasta que finalice el 21 de junio, al comenzar el verano, según ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Entre los acontecimientos más destacables de esta primavera de 2013, el IGN ha destacado que
se producirán tres eclipses, uno de Sol (el 9-10 de mayo) y
dos eclipses de Luna, de muy baja magnitud. Estos dos últimos, que se esperan para el 25 de abril y 25 de mayo,
serán visibles desde España.
Planetas visibles por primavera
En cuanto a los planetas, será una muy buena ocasión para verlos.
Saturno pasará de ser visible al final de la noche
durante la primera parte de la primavera, a ser visible en el cielo
vespertino al final de la estación, produciéndose su máximo acercamiento
anual a la Tierra a finales de abril.
Mientras,
Júpiter brillará al principio de la noche casi toda la primavera y
Venus se
unirá a él a partir de mayo. Aunque difícil de predecir, la actividad
magnética solar durante esta primavera será probablemente alta, dada la
proximidad del máximo solar previsto para junio de 2013.
Cambio de hora: el 31 de marzo
Del mismo modo, el IGN ha recordado que el cambio de hora llegará el domingo 31 de marzo y
se recuperará el horario de verano.
El cambio de hora se produce, como es habitual, al iniciarse el último
domingo de marzo. A las 02.00 de la madrugada, hora peninsular, habrá
que adelantar el reloj hasta las 03.00 horas, con lo que este día
tendrá, oficialmente, una hora menos.
Los días serán más largos
El
inicio de las estaciones se produce en los instantes en que la Tierra
se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del
Sol, algo que está fijado por un Convenio internacional que precisa que
en el caso de la primavera, la posición es aquella en que el centro del
Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento
aparente hacia el norte.
Cuando esto sucede,
la duración del día y la noche prácticamente coinciden,
y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de
primavera. En este instante en el Hemisferio Sur se inicia el otoño.
La
primavera puede llegar en tres fechas distintas, según la llegada del
equinoccio estacional. Así, la estación puede comenzar entre los días 19
y 21 de marzo. Durante el siglo XXI, el año en que la primavera llegó
más tarde fue 2003 y el año en que será más tempranera es 2096.
Estas
variaciones se deben al modo en que encaja la secuencia de los años
según el calendario (unos bisiestos, otros no), con la duración de cada
órbita de la Tierra alrededor del Sol (una duración conocida como año
trópico).
El IGN recuerda que en esta época del año la longitud del día se alarga rápidamente y que en las latitudes de la Península,
el sol sale por las mañanas antes que el día anterior y por la tarde alarga su puesta, lo que alarga el día casi tres minutos cada 24 horas.
Actividad del Sol
En cuanto a la actividad del Sol, se caracteriza por la
presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias,
y en la Tierra, se aprecia en alteraciones en la propagación de las
ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares. Dicha
actividad se sigue en periodos de unos 11 años y se asocia al ciclo
magnético del Sol.
En la actualidad,
este es el ciclo solar 24, que comenzó en 2008 y se prevé que llegue a su
máximo en mayo de este año.
Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction
Center, durante la primavera el número de manchas solares alcanzará
valores entre 70 y 95.
Lunas y lluvias de meteoros
Por otro lado, según los datos del IGN, institución que depende del Ministerio de Fomento, la
primera luna llena de la primavera se dará el 27 de marzo,
siendo el domingo siguiente (31 de marzo) el Domingo de Pascua. En esta
primavera se darán otras dos lunas llenas: 25 de abril y 25 de mayo.
Además, con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado,
se puede observar el relieve de la Luna.
Para tener una buena visión de él conviene ir observándolo noche tras
noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven
aparecer nuevos accidentes orográficos.
Cuando la noche es más
oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión
como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de
las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa
del Cangrejo. Con prismáticos también se pueden ver las lunas más
brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja
estrellada que constituye la Vía Láctea.
Al mismo tiempo, se podrán observar las
lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente,
sin prismáticos ni telescopios. La lluvia más importante de la
primavera suele ser la de las Eta Acuáridas, cuyo máximo se da alrededor
del 5 de mayo.
En cuanto a las agrupaciones ficticias de
estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar
se verán a lo largo de la noche la Osa Menor, el Dragón, Cefeo y el León
(Leo).
tve.es
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